Reseña del libro: Educación y pandemia. Reflexiones desde la práctica
Docente
Coordinado por Leonardo A. González Morales
Sergio López Ramos 1*
Facultad de Estudios Superiores Iztacala – UNAM
Lo que convoca este libro es el tema del aprendizaje. Un tema con muchas aristas, sin duda porque tenemos el aprendizaje cognitivo, memorístico, condicionado, el reflejo, lo innato, lo adquirido, el uso o el olvido de los cinco sentidos en el proceso de construcción de un individuo, la elección y su ejercicio con conciencia o sin conciencia; una pedagogía del cuerpo donde la memoria no es el sujeto del aprendizaje, ni lo cognitivo, es la unidad de un cuerpo que tiene conciencia de la vida inteligente. Esta mirada nos permite comprender el proceso de los sabores y las emociones presentes en el aprendizaje y construcción de un individuo.
Desde luego, tenemos que pensar en el proceso de aprendizaje y formación de un individuo en la vida cotidiana, lo que nos lleva a una psicología y una pedagogía de lo corporal.
Sin duda, la pandemia, no solo vino a mostrar lo arcaico y pobre de lo teórico-cognitivo de algunos métodos de aprendizaje y educación escolar. A mi parecer, puso en la mirada un tema central: el abandono de la vida, como una categoría vital en la existencia de las sociedades posmodernas, que han intentado borrar la memoria, las costumbres y tradiciones con el argumento que no sirven, pero sorpresa que nos da la vida, resulta que la vida, como una categoría se puede debatir y discutir.
Pero, sucede que los seres humanos son los portadores de la vida y no la cuidan. ¿Qué aprendizaje la considera? Revisando el tema no hay alusión. Aprender a vivir, ejercer el arte de vivir bien, no está en los planes de estudio, no existen asignaturas que enseñen a cuidar la vida del individuo, se pueden entrenar o condicionar bien con categorías y manejo de estas, pero al hablar de la construcción y defensa de la vida que portamos, no se incluye la categoría de la vida inteligente, que no requiere del individuo para existir. En cambio, la técnica y la tecnología son exaltadas y consideradas como las opciones para la construcción de un aprendizaje donde los seres humanos pueden recurrir a las sustituciones de piezas del cuerpo, tal parece que el trabajo del aprendizaje puede ser sustituido por una pieza en el ojo, en el cerebro, o una prolongación en el cuerpo, y nada que ver con Frankenstein, que buscaba la prolongación de la vida con retazos.
Figura 1.
Portada del libro. Educación y pandemia. Reflexiones
desde la práctica docente.
Entrando a la composición del libro está integrado por seis artículos, el primero “El uso de las tic y las tac para abordar las clases de educación física en tiempos de pandemia Covid-19” de González Díaz Barriga.
En este capítulo se hace una aproximación a la educación física y la conclusión es una evidencia de la complejidad que implica la tarea de hacer ejercicio, no con fines de adquirir fortaleza, sino de construir una actitud que se vincula con el ser una expresión que se relaciona con la presencia del otro, pero la realidad de la carencia de un espacio solo nos revela que no todos los estudiantes están en condiciones de recibir las clases o un aprendizaje para el cuerpo,
porque los espacios son sus casas habitacióndormitorio que están diseñadas para la reproducción social y no para la vida, sin duda que no se pudo sustituir la realidad con las clases virtuales. Los jóvenes son una realidad que se construyen en espacios abiertos, aprenden viviendo, haciendo; y las clases virtuales de educación física, no podrán sustituir la realidad. En el capítulo dos, Álvarez Hinojosa toca el tema de “La escuela secundaria en el desarrollo cognitivo de los adolescentes”. Su lectura me lleva a reflexionar sobre esta fase de construcción de la vida, donde los índices de suicidio son los más altos y frecuentes. Es cuando se pierde el rumbo de la vida y se tuerce en la droga, en el alcohol, el embarazo prematuro, la violencia, la pereza y la indiferencia, por lo que hay un resentimiento a lo instituido.
No existen asideros emocionales para los adolescentes en la sociedad mexicana, la competencia y la necesidad de una identidad se exaltan. Las alternativas no se dan porque en las distintas sociedades, además de México, está presente el problema de que el aprendizaje del conocimiento es pensado para hacer eficiente a la persona en la incorporación del mercado laboral.
La formación y educación para el oficio de vivir no se contempla, de ahí que cobra sentido lo que dice la autora “Los docentes de escuela secundaria son contratados por su capacidad académica y no por su habilidad para motivar a los adolescentes”. Que lo llevará a la realización como persona en una sociedad competitiva y vemos los finales de los hombres y mujeres de éxito, presentan un vacío existencial y desarrollan enfermedades crónico-degenerativas.
En el capítulo tres, Ramírez Ahuja y Lhoman Alamilla tocan el tema de “Reflexión sobre el neoliberalismo en México”. A este respecto podemos decir que, los efectos sociales de esta política están en contra de la vida. Porque la idea es ganar sin importar el método y sus implicaciones en las personas.
La pérdida del respeto a la vida, a lo humano, es solo la expresión de lo rapaz que puede ser un ser humano, si bien la política neoliberal tiene como bandera la exaltación del
sistema de competencias en la formación de los recursos humanos, sus frutos serán seres sin sentimientos o emociones que cultiven la bondad o la compasión, la relación y expresión de esta política la vemos en los materiales de este libro, con una propuesta abierta o acrítica sobre la educación y formación de recursos humanos con el condicionante de la eficiencia en la productividad desaparece lo humano, la exaltación de la ciencia y la tecnología para la ganancia se hace sistema de vida.
Nuestro país vive los efectos de una política neoliberal que impactó en número de pobres y pocas oportunidades de crecimiento como personas, y en la educación de elite se hace la exaltación de una competencia, dónde pueden estar los mejores trabajadores, es un modelo que para vivir tiene que tragar seres humanos.
En el capítulo cuatro Cabrera Delgado nos habla de una “Ruptura entre estudiante-docente: el último eslabón de la cadena”. No quiero pensar que, es justo lo que se critica, una concepción donde el aprendizaje forma parte de una cadena de producción y no una cadena de la construcción de una vida.
Lo que está en esta lógica es una idea de construcción del saber desde una verticalidad que relega a la horizontalidad. En el espacio áulico se concretan los principios de un estilo de vida que se ejercita en lo cotidiano ahí encontramos que los alumnos son invitados de maneras sutiles o burdas al ejercicio de: la competencia, la cooperación, la codependencia, a no tener compasión, a pisotear a quien sea en el nombre del triunfo, así que el eslabón no se fortalece positivamente, se construye en la lógica neoliberal, el docente está en la misma circunstancia, él también compite; así que, ser un guía o un posible espejo para el alumno, se diluye en las relaciones humanas que se cultivan en los espacios de enseñanza, el docente también está sin guía. Si consideramos que desde los años ochenta, el individualismo y la liberación sexual se exacerbaron y tenemos un historial de abusos y violaciones dentro y fuera de las instituciones de educación del jardín de niños a la Universidad.
Así que, reconstruir ese eslabón nos lleva a considerar que el docente no debería de ser visto desde la perspectiva romántica de saber lo que debe hacer. Creo que necesita también guía sobre su función en el eslabón de la cadena.
En el capítulo cinco Guevara Rubio nos habla de “Consecuencias en el empleo de las TIC como herramientas de apoyo a la docencia frente a la pandemia del COVID-19”. No quiero caer en el lugar común si digo que las TIC son un recurso que funciona incorrecta o correctamente de acuerdo con las condiciones del estudiante y del docente, inscritos en una sociedad con rasgos educativos neoliberales que solo quiere hacerlos competitivos en un contexto que se descompone emocionalmente y de las relaciones humanas, así que tenemos historias de horror y de terror, tales como alumnos que nunca prendieron su cámara, nunca participaron o nunca supimos si estaban ahí.
Así que, el retroceso económico y educativo lo tenemos, no vendrá, ya está desde hace unos 90 años. No existe ningún secreto que
muchos estudiantes, incluso profesores, no tienen las mejores condiciones pedagógicas, así que las relaciones con el aprendizaje esta mediado por las carencias de cualquier tipo, las TIC serán solo un recurso porque el aprendizaje presencial y las relaciones humanas nunca podrán ser sustituidas por una computadora y la frialdad del hiperespacio, el dialogo que se construye cuando alguien tiene un problema en su proceso de vida y necesita un interlocutor para ejercer y formarse en el oficio de vivir haciendo.
Finalmente en el capítulo seis, Lhoman Alamilla nos habla de “Calidad educativa como estrategia de control social”. Es un tema que me permite reflexionar sobre esa categoría de calidad. Lo que nos conduce a ver el sistema educativo como una expresión de lo individual y lo colectivo, el énfasis que se pone en la formación individualista, se hace condenatoria, lo que me hace suponer que es una especie de fobia a la individualidad.
¿Cuál es el beneficio de un sistema educativo que se hace hegemónico y no deja que se explore el proceso de construcción individual que dará sus beneficios a lo colectivo?
No hay que olvidar que las transformaciones sociales de cualquier índole se gestaron en los procesos individuales y después se incorporaron a la sociedad, la individualidad es una categoría que amerita resignificarse en este contexto de la calidad, porque la educación sin este detalle del individuo no avanza; los ejemplos abundan en esta lógica. Pienso en el cultivo de la vida como un principio que habita el cuerpo humano y permite la construcción de la calidad humana, se alimenta con una educación que tiene presente la memoria, lo que permite cambiar incluso los códigos genéticos en las siguientes generaciones.
Me atrevo a proponer un aprendizaje con el cuerpo y como posibilidad para comprender la complejidad de la construcción de lo humano donde las emociones son parte importante del proceso de construcción: las cinco emociones: miedo, tristeza, ansiedad, ira y alegría. No se aprende igual estando en un estado emocional que implica la familia, los afectos, una pérdida o en el más trágico de los casos por anemia.
Las estrategias que contemplan el proceso emocional y el aprendizaje, serán la punta en los próximos procesos de innovación en el aprender de los niños, jóvenes y adultos, encontrar la relación con un sabor, una emoción y un órgano que se expresan en las relaciones humanas, son asignaturas pendientes en la formación de un ser humano.
Referencias:
González, L. A. (Coord). (2022). Educación y pandemia. Reflexiones desde la práctica docente. Editorial UDFSM.
Fecha de recepción: 18 de agosto del 2022
Fecha de dictaminación: 3 de julio del 2023
Fecha de aceptación: 14 de septiembre del 2023
Fecha de publicación: 21 de octubre del 2023