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Pensamíento Crítico
ISSN 23958162 I www.pensamientocriticoudf.com.mx

Práctica de la psicología interconductual: sus criterios, sus juegos de lenguaje y sus modelos*

Interbehavioral psychology exercise: their criteria, language games and models

Winter Edgar Reyna Cruz 1

Facultad de Estudios Superiores Iztacala – UNAM

Manuel Hernández Reyes 2

Centro de Investigaciones Económicas Administrativas y Sociales – IPN

Resumen

En Hernández y Reyna (2015), se presenta y describe la Matriz Científica Interconductual (MCI) como un marco que organiza y caracteriza las distintas prácticas realizadas por los psicólogos interconductuales, a saber: práctica filosófica, teórica, tecnológica, profesional y transdiciplinaria. Sin embargo, dicho trabajo se limitó a establecer los criterios que delinean el qué y el para qué de dichas prácticas. Partiendo de lo anterior, en el presente trabajo se presenta un análisis adicional y complementario al trabajo citado: el cómo se realiza cada práctica. Se proponen como categorías definitorias los juegos del lenguaje, criterios y modelos. Se presentan los resultados de una revisión documental inicial no exhaustiva de algunos trabajos realizados por grupos de investigación interconductuales respecto a las categorías propuestas. En las conclusiones se resalta la necesidad y potenciales beneficios de reconocer y distinguir cada práctica reconocida en la MCI.

Palabras clave: Interconductismo, Matriz Científica Interconductual, criterios, juegos del lenguaje.

Abstract

In Hernandez and Reyna (2015) presents and describes the Interbehavioral Scientific Matrix (MCI) as a framework that organizes and characterizes the different practices by interbehavioral psychologists, namely: practice philosophical, theoretical, technological, professional and transdisciplinary. However, such work was limited to establishing the criteria outlining what and for what of such practices. Starting from the above, in the present work an additional and complementary to that job analysis is presented: how each practice is done. Defining categories are proposed as language games, criteria and models. The results of a non-exhaustive initial document review of some work by groups interbehavioral investigation into the proposed categories are presented. The conclusions recognize the need and potential benefits to recognize and distinguish each practice recognized in the MCI.

Key words: Interbehaviorism, Interbehavioral Scientific Matrix, criteria, language games

*Este trabajo es uno de los productos del seminario “Reflexiones en torno a la práctica profesional del psicólogo” coordinados al interior de Vestigum, línea de investigación y desarrollo de Entelequia Social S. C.

1 Coordinador de la línea Vestigium de Entelequia Social S. C. Contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

2 M. en C. en Metodología de la Ciencia, CIECAS-IPN. Contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Introducción

Los alcances de la ciencia no se limitan a los resultados de la práctica que tiene como finalidad la producción de conocimiento abstracto o de leyes en torno a un objeto empírico definido. Si se conceptúa a la ciencia como una matriz cultural que (a) está estrechamente vinculada a otras matrices culturales como la religión, la política o las artes; y que (b) está indisolublemente ligada a otras matrices científicas (v. gr., la relación entre la física y la química, la psicología y la biología, entre otras); entonces es posible vislumbrar los distintos tipos de prácticas vinculadas al trabajo científico, cuyos alcances están encaminados tanto a la comprensión y explicación de eventos sistematizados, como a la predicción y control de eventos concretos (Kantor, 1953; 1978; 1980). Partiendo de lo anterior, en trabajos previo (Hernández, 2013) se ha reconocido los diferentes tipos de actividades disciplinarias realizadas en la ciencia entendida como Matriz Científica General, a saber: actividad filosófica, teórica, tecnológica, profesional y transdisciplinaria. Tomando en mayor medida este antecedente, en Hernández y Reyna (2015), se hace patente la necesidad de diferenciar las distintas prácticas realizadas por los psicólogos que amparan su actividad bajo el cobijo de la Psicología Interconductual.

La necesidad mencionada, parte del hecho de que los psicólogos interconductuales realizan actividades que van desde las filosóficas (v. gr. analizar conceptualmente un término “psicológico” del lenguaje ordinario), pasando por las teóricas (i. e., la generación de datos y explicaciones en torno al intercomportamiento) hasta las aplicadas (i. e., generar técnicas para modificar el intercomportamiento en escenarios sociales dadas las demandas institucionales impuestas y/o la aplicación de dichas técnicas).

En breve, los psicólogos interconductuales no realizan un solo tipo de práctica, por el contrario, realizan diversas actividades distintas entre sí por los propósitos, tipos de lenguaje, material de trabajo, finalidades de la investigación, normas a las que se ajusta y funciones que se cumplen. Baste una revisión de las diferentes publicaciones arropadas bajo la etiqueta Interconductual para darse cuenta de las diferentes prácticas que realizan dichos psicólogos.

En este contexto, la Matriz Científica Interconductual (MCI) se presenta como una organización y caracterización de las distintas prácticas realizadas en la Psicología interconductual para poder subsanar la necesidad mencionada; particularmente de las actividades realizadas en los diferentes trabajos desarrollados a partir del sistema científico edificado por Ribes y López (1985). De esta manera, se distinguen al menos cinco tipos de prácticas diferentes, pero continuas entre sí, realizadas por los psicólogos interconductuales; a saber: práctica filosófica, teórica, tecnológica, profesional y transdisciplinaria (ver figura 1).

No es la intención de este trabajo presentar una descripción detallada de la MCI. Por el contrario, en este trabajo se presenta un análisis complementario al realizado en los trabajos citados, los cuales únicamente se limitaron a caracterizar cada una de las prácticas reconocidas en dicha matriz can base en los siguientes criterios: tipo de actividad, finalidad o función, sistema o ámbito al que se ajusta, material de trabajo, tipo de lenguaje, fines de la investigación (ver tabla 1).

Por supuesto, es necesario advertir que los criterios de distinción y caracterización que se propusieron son bosquejos iniciales, los cuales pueden modificarse, ya sea ampliándolos, eliminando algunos o agregando otros, en aras de realizar la labor que se pretendió realizar en dicho trabajo de manera mucho más efectiva. A pesar de ello, la relevancia de contar con un sistema organizativo como lo es la MCI radica en que:

1. Permite relacionar y ubicar las prácticas Interconductuales en un continuo que da luz respecto a la influencia y vínculo que tienen todas ellas.

1. Evita violar los criterios que definen una práctica y el uso descontextualizado de los términos que pertenecen a un tipo de práctica como si perteneciesen a otra o usarlos de manera indiscriminada.

2. Posibilita, dados los criterios de caracterización propuestos, analizar cada práctica en su justa dimensión y evaluarlas con pertinencia.

3. Sostiene que cada práctica no existe al margen de las otras, de tal manera que sus características y formas de ejercerlas guardan relaciones de consistencia entre sí.

4. Señala que el actuar concreto del psicólogo no se limita a realizar un solo tipo de práctica, puede y suele pasar de un tipo de práctica a otra casi de manera inadvertida.

Si bien dichos criterios permiten diferenciar puntualmente cada práctica, definir sus relaciones y resaltar su carácter continuo, éstos sólo permiten conocer el qué y el para qué de cada práctica. Por tanto no se realizó ningún ejercicio que delimite de qué manera adquiere realidad cada práctica concretamente; es decir, el cómo se realiza cada una de ellas. Por ello, en el presente trabajo, a modo de análisis general, se presenta una revisión que permita completar los trabajos citados.

El análisis que a continuación se desarrolla es similar al realizado por Hernández y Reyna (2015) donde después de caracterizar la actividad profesional del psicólogo (i. e. su qué y su para qué), se propuso que para tener una visión completa de esta práctica es necesario considerar el cómo se lleva a cabo.

Para poder dar cuenta de ello, se consideró que los criterios de operación, los juegos del lenguaje y los modelos que se han generado de dicha práctica, permiten delimitar el cómo se ejerce la actividad profesional. El razonamiento que dio sustento a tal aseveración, consistió en que esas tres categorías se convierten en una suerte de guía de la actividad profesional: los criterios dan sentido y enmarcan la dirección que debe tomar el actuar profesional; los juegos del lenguaje delimitan la pertinencia de dicha práctica (el hacer y decir del profesional) respecto de los contextos en donde su actividad tiene lugar; finalmente los modelos permiten al profesional saber con qué trata y cómo está constituido lo que puede analizar y/o modificar. Después de ello, se realizó una revisión documental para localizar lo que se ha propuesto respecto de dichas categorías.

Figura 1. Matriz Científica Interconductual.

figura1 MatrizCientifica 

Fuente: Adaptación propia con base en la Matriz Científica General de Hernández (2013:55).

Tabla 1. Comparación de las características particulares de cada práctica considerada en la Matriz Científica Interconductual de acuerdo a los criterios propuestos.

 tabla1 comparacion

Fuente: Adaptación propia, con base en Hernández (2013) y Hernández y Reyna (2015).

En atención a lo anterior, en este trabajo se presentan tanto los resultados de Hernández y Reyna (2015), respecto a la actividad profesional, como los resultados de un ejercicio similar pero aplicado a las demás prácticas reconocidas en la MCI. Es importante advertir que la revisión que se realizó no pretendió ser exhaustiva; por el contrario, es sólo un bosquejo inicial, particularmente de algunos grupos de investigación que han fundamentado su quehacer en la elaboración de Ribes y López (1985).

El cómo se realiza cada práctica: criterios, juegos del lenguaje y modelos

Antes de presentar los resultados de la revisión inicial que se realizó, es necesario definir los conceptos de criterios de operación; juegos de lenguaje; y modelos en aras de puntualizar por qué se considera que éstos permiten conocer el cómo se lleva a cabo cada práctica reconocida en la matriz propuesta.

Criterios de operación.

A pesar de que muchas veces el uso del término criterio en Psicología interconductual ha dado lugar a diferentes acepciones (Cerón, Cruz & Luna, 2013), en términos generales, cuando se hace referencia a dicho concepto se refiere a los requerimientos conductuales que regulan la interacción de un individuo con su ambiente, las cuales, además, dan sentido a dicha interacción. Al pensar de Carpio, et al. (2007), el concepto de criterio, es una categoría que permite (a) definir la pertinencia funcional de la estructuración del comportamiento, y (b) identificar las capacidades de un individuo en situaciones específicas donde se le demanda la producción de ciertos resultados. En este sentido, por criterios de operación se entienden las series de requerimientos conductuales establecidos, que regulan la actividad de un individuo para que se desempeñe pertinentemente en situaciones donde se demanda un tipo de interacción particular.

Por poner un ejemplo, si un individuo está interesado en realizar un análisis conceptual de algún término psicológico en el lenguaje ordinario, -lo cual básicamente es práctica filosófica-, tendría que ajustar su actividad a los criterios estipulados por Ribes (1990a) en cuanto al análisis de los conceptos “mentales” del lenguaje ordinario:

a)  Realizar el análisis gramatical de dicho término,

b)  Analizar los parecidos de familia o la regularidades de su uso, y

c) Clasificarlo como una categoría, ya sea de logro; modales; de relación; de circunstancia; adverbiales; de estado; de efecto; de acción; de tendencia; o de propensión; según sea el caso.

Básicamente se consideran criterios al regular la actividad de un individuo interesado en llevar a cabo dicho tipo de práctica filosófica; en consecuencia, también le da dirección y sentido su actividad (en este caso, respecto del concepto del lenguaje ordinario que le interese analizar).

Juegos del Lenguaje .

El término de juego de lenguaje es ampliamente retomado en Psicología interconductual desde la filosofía, particularmente de la noción praxiológica del lenguaje edificada por Wittgenstein (1953, citado en Tomasini, 2004). En resumen, por juego del lenguaje se entiende al conjunto indisoluble de términos y expresiones con prácticas específicas contextuadas en situaciones definidas que dan sentido a dichos términos y expresiones. Así, por ejemplo, un término como bizcocho adquiere un sentido totalmente particular en el juego del lenguaje de la repostería, diferente al sentido que adquiere en el juego del lenguaje de los halagos o “piropos”. Ambos son diferentes al estar asociados a distintas prácticas específicas en distintos contextos delimitados. Por ende, existen tantos juegos del lenguaje como actividades humanas existan. Siguiendo los señalamientos de Wittgenstein (1953) una persona aprende a hablar en la medida en que aprende a usar las expresiones y actividades asociadas en los contextos pertinentes según la cultura a la cual habrá de integrarse, es decir, ajusta su comportamiento a los diferentes juegos del lenguaje característicos, tal como lo hace su grupo de referencia.

De esta manera la incorporación de juego del lenguaje en Psicología interconductual se ha realizado para marcar una analogía respecto a cómo se aprende a realizar ciencia (C.fr., Ribes, 1993) o a enseñarla o ejercerla en campos de acción social (C.fr., Carpio, et al., 1998). Básicamente se han definido los juegos del lenguaje, –también llamados ámbitos de desempeño–, que enmarcan el desempeño pertinente del psicólogo en dichas prácticas (i. e., la investigación psicológica, la enseñanza de la Psicología y/o la aplicación del conocimiento psicológico).

Es así que en este trabajo se entiende por juego de lenguaje: los ámbitos de desempeño (i. e., el hacer y el decir pertinentemente en contextos específicos) que se han definido entorno al actuar del psicólogo las cuales delimitan la adecuación del ejercicio del psicólogo en los diferentes tipos de prácticas delimitados en la matriz.

Modelos.

Es necesario advertir que existen diferentes conceptuaciones y clasificaciones de qué es un modelo; sin embargo, para los fines de este trabajo se entiende como modelo:

a) El diseño que comprende una aproximación a ciertos aspectos de la realidad en el que se consideran sus elementos constituyentes, pero adaptado a un tipo de lenguaje particular, cuyo fin es el hacer comprensibles visualmente los razonamientos que subyacen a la explicación de un fenómeno (Black, 1966). Un ejemplo de ello, es el segmento conductual (Kantor y Smith, 2015), en el que se representa un aspecto de la realidad, la interconducta, y sus factores constituyentes en un tipo de lenguaje especializado.

b) La descripción de una determinada materia, según la terminología correspondiente a otra; esto es, la presentación de hechos, conceptos o postulados de una teoría en el lenguaje propio

de otra teoría, –o del lenguaje de otro ámbito no necesariamente teórico1–, con el objeto de explicar y/o ejemplificar de una mejor manera dichos hechos (Turbayne, 1974). Modelos como el de interacción didáctica (Ibáñez, 2007), donde se usan términos propios del ámbito educativo (v. gr., docente, alumno, currículo, aprendizaje, enseñanza, estudio, etc.) para explicar la interacción psicológica que tiene lugar en dicho ámbito, proporciona un ejemplo claro de dicha acepción.

Siguiendo a Turbayne (1974) y a Black (1966), los modelos cumplen como función el ser instrumentos para el descubrimiento de aspectos específicos sobre el tema modelado permitiendo el control eficaz de ciertos hechos. De esta manera, los modelos guían la actividad de quien hace uso de ellos, afectando el cómo se percibe lo que estudia y los elementos que lo componen. Por ello, éstos se convierten en una suerte de guía práctica de análisis e intervención. Por ejemplo, el modelo de Kantor (1978) permite al psicólogo interconductual delimitar el qué ve así como los elementos participantes con los que puede tratar; el modelo de interacción didáctica, por poner otro ejemplo, delimita al psicólogo qué aspectos particulares va a estudiar y con base en eso saber qué puede modificar.

Una vez definidas las categorías anteriores, a continuación se presentan los resultados de la revisión documental realizada respecto de qué se ha establecido para poder identificar el desempeño pertinente en la práctica filosófica, teórica, tecnológica, profesional y transdiciplinaria.

Los criterios, juegos del lenguaje y modelos de cada práctica: revisión documental

Es importante señalar que no se realizará una exposición detallada de los diferentes trabajos revisados. En vez de ello, en una forma más modesta, se presentará un listado sucinto de los criterios, juegos de lenguaje y/o modelos que se encontraron de cada práctica. Es importante advertir que no de todas las prácticas delimitadas en la matriz, se encontraron descripciones de las categorías propuestas.

En la Tabla 2, se presenta un resumen de la revisión documental realizada. En los encabezados superiores se consideran las prácticas que se incluyen en la MCI, mientras que en la primera columna se presentan los cómos de cada una de ellas: criterios, juegos del lenguaje y modelos. En las celdillas se presenta la cita de los trabajos encontrados. Las celdas vacías en cada práctica, muestran la carencia de alguna de las categorías señaladas. A continuación se presenta la revisión de dichos aspectos por cada práctica.

Tabla 2. Los criterios, juegos del lenguaje y modelos de cada práctica: revisión documental.

 tabla2 criterios

Fuente: Elaboración propia.

Práctica filosófica

Esta práctica tiene que ver con la delimitación de los eventos psicológicos y el análisis de conceptos y categorías teóricas y del lenguaje ordinario referente a la vida mental de los individuos, en aras de establecer los límites categoriales del sistema teórico. Cabe señalar que en la revisión documental no se encontraron especificaciones respecto a los juegos del lenguaje delimitados para este tipo de práctica y modelos para el caso del análisis conceptual.

Criterios de operación.

1. Delimitación de los eventos psicológicos (Kantor, 1978).

a) Proposiciones en la lógica de la ciencia.

I. Protodefiniciones.

II. Protopostulados.

b) Meta proposiciones.

I.  Metapostulados.

c) Definiciones del dominio psicológico.

I. Definiciones científicas.

II. Postulados de la psicología interconductual.

III. Constructos de eventos.

IV. Constructos investigativos.

V. Construcciones de teorías y leyes psicológicas.

2. Análisis de conceptos y categorías psicológicas (Ribes, 1990a).

a) Lenguaje ordinario.

I. Análisis gramatical de términos “mentales”.

II. Análisis de parecidos de familia o regularidades.

III. Clasificación funcional como categorías de logro, modales, de relación, de circunstancia, adverbiales, de estado, de efecto, de acción, de tendencia o propensión.

b) Lenguaje técnico.

I. Análisis histórico del término.

II. Ubicación de los diferentes sentidos en las diferentes teorías.

III. Ubicación del término en las prácticas del lenguaje ordinario.

IV. Delimitación de su uso pertinente como categoría teórica.

Modelos.

1. Campo integrado, segmento interconductual (Kantor, 1980; Kantor & Smith, 2015).

Práctica Teórica

Al ser una actividad analítica dirigida a generar conocimiento psicológico, se distinguen tres niveles, según lo señalado en Hernández y Reyna (2015): teoría general de la conducta, teoría del comportamiento humano, generación de modelos de delimitación de la dimensión psicológica. En la revisión documental realizada, se encontró información para caracterizar los criterios de operación, juegos de lenguaje y modelos de los dos primeros niveles mencionados; sin embargo, en el caso de la generación de modelos psicológicos, no se encontraron criterios que regulen la práctica para generar dichos modelos.

Criterios de operación.

1. Teoría de proceso (Ribes & López, 1985).

a) Tesis epistemológicas, metodológicas y lógicas.

b) Descripción de las funciones conductuales.

I. Descripción paradigmática.

II. Análisis paramétrico.

2. Teoría de desarrollo e individuación (Ribes, 1990b; Carpio, 2005).

a) Papel lógico de la teoría del desarrollo e individuación.

I. Desarrollo: un individuo abstracto en un ambiente particular.

II. Individuación: un individuo singular en   un ambiente abstracto.

b) Variaciones paramétricas

I. Desarrollo: Situaciones contingencialmente cerradas, abiertas y ambiguas.

II. Individuación: arreglos contingenciales (tolerancia a la frustración, tendencia al riesgo, dependencia de señales, etc.).

Juegos del lenguaje.

1. Aplicable a los tres niveles (proceso, desarrollo e individuación y modelos).

a) Juegos del lenguaje de la práctica científica (Ribes, 1993).

I. Identificación de hechos.

II. Preguntas pertinentes.

III. Aparatología.

IV. Observación.

V. Representación o de la evidencia.

VI. Inferencias y las conclusiones.

Modelos.

1. Teoría de proceso.

a) Taxonomía funcional de la conducta y sus casos paradigmáticos (Ribes & López, 1985).

2. Teoría de desarrollo e individuación.

a) Desarrollo: Modelo Interconductual del Comportamiento Creativo (Carpio, 2005).

b) Individuación: Arreglos contingenciales (Ribes, 1990b).

3. Modelos de delimitación psicológica (algunos ejemplos).

a) Modelos Psicológico de la Salud Biológica (Ribes, 1990c).

b) Modelo Interconductual del desempeño docente (León et. al., 2013).

c) Modelo Interconductual del Ajuste Lector (Arroyo et. al., 2005).

d) Modelo Interconductual de la Interacción Didáctica (Ibáñez, 2007), entre otros.

Práctica tecnológica

A pesar de que Carpio, et al. (1998) delimitan los juegos del lenguaje de la práctica tecnológica, en Hernández (2013) se delimita este tipo de práctica como la creación de herramientas, y la práctica profesional como la aplicación de dichas herramientas; por tanto, los juegos del lenguaje delimitados por Carpio y colaboradores, tienen mayor correspondencia con a la práctica profesional. Es de resaltar que la revisión documental sólo arrojó datos con respecto a la delimitación de los criterios de operación, pues no se encontró un modelo que delimitara cómo construir tecnología:

Criterios de operación.

1. Subsistema de la psicotecnología (Kantor, 1978).

a) Definiciones.

b) Postulados.

c) Teoremas.

2. Criterios para a la aplicación del conocimiento psicológico (Díaz-González & Carpio, 1996).

Práctica profesional

Recordando que esta práctica tiene que ver con la aplicación de herramientas para modificar la interconducta, en la revisión documental no se encontraron delimitaciones de los juegos del lenguaje; sin embargo, se ubicaron criterios de operación. En lo que respecta a los modelos de actuación profesional, se considera que los modelos de delimitación de la dimensión psicológica comprenden, también, guías para la práctica profesional:

Criterios de operación.

1. Subsistemas aplicados particulares (Kantor, 1978).

a) Psicología educacional.

I. Definiciones.

II. Postulados.

III. Teoremas.

b) Psicología clínica.

I. Definiciones.

II. Postulados.

III. Teoremas de diagnóstico.

IV. Teoremas terapéuticos.

Juegos del lenguaje.

1. Juegos del lenguaje de la práctica tecnológica (Carpio, et. al., 1998).

a) Análisis de demandas.

b) Formulación de problemas y soluciones.

c) Definición de estrategias y criterios de éxito.

d) Intervención.

e) Evaluación y seguimiento.

f) Investigación.

g) Transferencia.

2. Objetivos o funciones de la actividad profesional del psicólogo (Rodríguez, 2003)

a) Detección.

b) Desarrollo de competencias.

c) Planeación y prevención.

d) Intervención.

e) Investigación.

Práctica transdisciplinaria

La investigación documental realizada no arrojó resultados respecto a los criterios, juegos de lenguaje y modelos de esta práctica.

Conclusiones

La intención de este trabajo fue presentar un análisis que diera cuenta del cómo se realizan las distintas prácticas ejercidas por los psicólogos interconductuales las cuales han sido organizadas y caracterizadas en la MCI. Por su puesto el primer paso en este sentido fue definir categorías que permitan delinear cómo se ejerce desde la actividad filosófica hasta las transdisciplinarias. Por ello y por las razones expuestas líneas arriba, se consideró que los criterios, juegos del lenguaje y modelos permiten cumplir cabalmente con dicho objetivo.

La revisión documental que se realizó, aunque no fue exhaustiva, permite tener un panorama general de los elementos que se tienen a la mano para poder ejercer la práctica filosófica, teórica, tecnológica, profesional. En cuento a las categorías faltantes, es probable que una revisión a profundidad permita completar el análisis que aquí se realizó. En caso contrario, resultará necesario completar las categorías en futuros trabajos; o bien, en su defecto, generar nuevas categorías en aras de especificar puntualmente cómo debe desempeñarse pertinentemente un psicólogo interesado en cada práctica. En ese sentido, como labor futura para quien se interese en la propuesta de este trabajo, podrá ser la de realizar una revisión completa de todos los trabajos interconductuales. E incluso, que ahí donde no se encontró algo definido se complete generando los respectivos criterios, juegos del lenguaje y modelos faltantes, según sea el caso, en cada una de las prácticas consideradas en la matriz.

Por otra parte, una las cuestiones que tácitamente se enfrentó en el presente trabajo, fue una de las señaladas por Hernández y Reyna (2015) donde se menciona que en ocasiones se generan modelos que tienen sentido en un ámbito, pero se critica la existencia de diversos modelos. La clasificación propuesta evita discusiones con respecto a si son “necesarios tantos modelos”, o si traiciona los modelos metateóricos o teóricos cuando se crean modelos específicos. De hecho, es necesario contar con un modelo particular a cada problema social al que se enfrente, siempre respetando la consistencia de éste con respecto al sistema general. Empero -y es necesario advertirlo-, resulta un grave error usar modelos aplicados como si fueran teóricos o los teóricos como si fueran aplicados: al generar un nuevo modelo, este debe guardar correspondencia con el sistema interconductual en general pero debe ser pertinente al tipo de práctica realizada.

Finalmente, los beneficios de contar con los elementos que proporcionaron en este trabajo aunado los que ya se han venido esbozando previamente (Hernández, 2013; Hernández y Reyna, 2015), es que proporciona importantes elementos para el aprendiz interesado en formarse como psicólogo interconductual, incluso, en aquel interesado en enseñarla.

No es secreto, que al hablar de enseñanza o aprendizaje de la psicología, en la mayoría de las ocasiones se hace referencia al aprendizaje de los juegos del lenguaje de la práctica científica (Cfr., Ribes, 1993; Carpio & Irigoyen, 2005), los cuales están encaminados exclusivamente a que el aprendiz de psicología desarrolle habilidades específicas para la producción de conocimiento en torno al intercomportamiento; sin embargo, se soslaya que aprender psicología es, también, aprender actividades filosóficas, tecnológicas y profesionales. Por su puesto, cada una de ellas se enseña y se aprende de manera diferente. Por ello, al contar con la delimitación precisa de (i) las diferentes prácticas realizadas al interior de la psicología interconductual; (ii) las relaciones de continuidad y afectación entre ellas; y (iii) sus diferencias en cuanto a lo que se hace el para qué se hace y el cómo se hace; se cuenta con una herramienta que permita enseñar y aprender psicología en sus diferentes formas de ejercer. En futuros trabajos, los autores pretenden avanzar en esta dirección.

Nota

1 Entre varios ejemplos, Turbayne ilustra cómo la terminología empleada para explicar el movimiento de las bolas de billar sobre la mesa, puede usarse para dar cuenta del movimiento de las moléculas de gas, a distintas presiones y temperaturas. Con lo que se muestra cómo un lenguaje no teórico puede usarse para modelar hechos de una teoría.

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