Pensamiento Crítico. Revista de
Investigación Multidisciplinaria
Año 11, No. 20, Enero—Junio, 2025,
pp. 20 – 31
DOI:10.64040/5f3d6j97
Reforzamiento diferencial
de otras conductas aplicado a un caso de uso problemático del smartphone
Differential Reinforcement of other Behaviors Applied to a Case of Problematic
Smartphone Usage
Alonso Irving Madrigal Orozco
Universidad UDF, Santa María
ORCID https://orcid.org/0009-0007-1820-8079
Dulce Michelle Rodríguez Ruíz
Universidad UDF, Santa María
ORCID https://orcid.org/0009-0007-1803-5992
Braulio Velázquez González
Universidad UDF, Santa María
ORCID
https://orcid.org/0009-0009-3007-2420
Oscar Arturo Cordero Rubio
Universidad Nacional Autónoma de México
ORCID https://orcid.org/0000-0002-9459-924X
oscararturocr@gmail.com
Resumen
El uso problemático del smartphone (UPS) es un
fenómeno que afecta la manera en que los individuos socializan y se desempeñan
en distintos ámbitos sociales, y que se caracteriza principalmente por un uso
excesivo del dispositivo. El UPS es frecuente en grupos de edad comprendidos
entre los 14 y los 24 años; sin embargo, se ha identificado que esta
problemática también afecta a niños desde la edad preescolar hasta la
adolescencia. Ante esta situación, se han desarrollado diversas propuestas de
intervención con el objetivo de reducir el tiempo de uso del smartphone o
celular. En el presente estudio se presentan los efectos de una intervención
basada en la técnica de Reforzamiento de Otras Conductas (RDO)
sobre el tiempo de uso del celular en una participante de nueve años. Los
resultados muestran una disminución en el tiempo de uso como efecto de la
intervención. Se discuten las implicaciones de estos resultados para el área.
Palabras clave: Uso Problemático del Smartphone, RDO,
modificación de conducta, intervención y niños.
Abstract
Problematic
smartphone use (PSU) is a phenomenon that affects how individuals socialize and
function across different social settings, and is
primarily characterized by excessive use of the device. PSU is common among
individuals aged 14 to 24; however, it has also been identified as a concern
among children, from preschool age through adolescence. In response to this
issue, various intervention strategies have been developed to reduce smartphone
usage time. This study presents the effects of an intervention based on the
Differential Reinforcement of Other Behavior (DRO) technique on the amount of
smartphone use in a nine-year-old participant. The results show a decrease in
usage time as a function of the intervention. The implications of these
findings for the field are discussed.
Key words: Problematic
Smartphone Usage, dro, behavior modification,
intervention and children.
INTRODUCCIÓN
El smartphone se ha consolidado como
una herramienta esencial en la vida diaria. A nivel mundial, el número de
usuarios ha aumentado un 38% entre 2022 y 2025; de acuerdo con los modelos
proyectivos, se espera un incremento adicional de hasta un 43% para el año 2029
(Statista Research Department,
2025). Actualmente, se estima que el 70.5% de la población mundial —alrededor
de 5,780 millones de personas— utiliza regularmente un smartphone (Kemp, 2025).
En México, el uso de estos dispositivos ha crecido un 10% desde 2015; hoy en
día, el 81% de los hogares cuenta con al menos uno (Borgeaund,
2024; Encuesta Nacional sobre la Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la
Información en los Hogares [ENDUTIH], 2023).
día, el 81% de los hogares
cuenta con al menos uno (Borgeaund, 2024; Encuesta
Nacional sobre la Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los
Hogares [ENDUTIH], 2023).
La adopción del smartphone se ha
facilitado debido a factores como el costo accesible de los equipos, la
variedad de opciones en el mercado y el desarrollo de la infraestructura de
telecomunicaciones (ENDUTIH, 2023; Zarei & Mohammadi, 2022). Un
factor adicional que ha contribuido a la integración del smartphone en la vida
cotidiana de las personas es su versatilidad. Aunado a las funciones de
telecomunicación propias de un teléfono convencional, el smartphone permite
acceder a internet reproducir contenido multimedia, jugar videojuegos,
interactuar en redes sociales, entre otras funciones (Chow
& Ma, 2017).
El uso más común del smartphone
continúa siendo la mensajería y la comunicación inmediata, reportado por el 75%
de los usuarios a nivel mundial. No obstante, también se emplea ampliamente
para el entretenimiento, especialmente para escuchar música (62%) y ver videos
(61%), así como en contextos emergentes como las transacciones bancarias (Ceci,
2024). Un ejemplo de la expansión de las funciones del smartphone es que, en
2021, la tienda
virtual Google Play ofrecía cerca de 2.9 millones de aplicaciones
orientadas tanto al entretenimiento como a facilitar las tareas cotidianas (Bröl et al., 2018; Li et al., 2022). En México, el
smartphone se ha consolidado como el principal medio de acceso a internet,
siendo utilizado por el 97% de los encuestados en la ENDUTIH,
principalmente para mensajería instantánea, redes sociales y consumo de
contenido multimedia (ENDUTIH, 2023).
Las aplicaciones del smartphone
son priorizadas de manera diferente según la edad de los usuarios. Las personas
menores de 50 años tienden a utilizar estos dispositivos principalmente para
acceder a redes sociales, comunicarse y consumir contenido multimedia. En
contraste, quienes superan los 50 años suelen emplearlos principalmente para la
comunicación, la realización de tareas relacionadas con el trabajo y,
ocasionalmente, para el entretenimiento (Bröl et al.,
2018; Stevic et al., 2019). Además, se ha identificado
que el tiempo de uso del smartphone también difiere entre usuarios,
observándose una relación inversamente proporcional entre la edad y la cantidad
de tiempo dedicado al uso de esta tecnología (Montag
et al., 2015).
La versatilidad del smartphone,
junto con la familiaridad que los jóvenes tienen con esta tecnología, ha
promovido su integración en programas educativos con el propósito de favorecer
tanto el aprendizaje como la socialización (Firmansyah
et al., 2020). Sin embargo, su uso también puede interferir con las actividades
cotidianas, comprometiendo la salud y el rendimiento académico de adolescentes
y niños (Fischer-Grote et al., 2019; Park & Park,
2021). Incluso, el uso excesivo del smartphone se ha relacionado con la
ocurrencia de episodios de ansiedad y depresión en esta población (e.g., Busch & McCarthy, 2021; Sohn et al., 2019; Van Velthoven et al., 2018).
Esta relación negativa entre el
uso del smartphone y el rendimiento en distintas actividades ha sido
conceptualizada como Uso Problemático del Smartphone (Busch &
McCarthy, 2021). El
Uso Problemático del Smartphone (UPS) es un concepto
relativamente reciente, por lo que aún no existe consenso respecto de su
definición. Una forma general de entenderlo es como un patrón de uso excesivo
del smartphone que puede afectar el desempeño de los individuos,
generando consecuencias negativas en su productividad, relaciones sociales,
salud o bienestar. Estas afectaciones suelen estar asociadas al uso del
dispositivo en momentos inapropiados y, en caso de que el individuo no tenga
acceso al smartphone, es común que experimente ansiedad (Busch &
McCarthy, 2021; Horwood & Anglim,
2018; Ryding & Kuss,
2020).
De acuerdo con la literatura, existe una
relación entre el tiempo de uso del smartphone y la propensión a
incurrir en un uso problemático de esta tecnología (Busch & McCarthy,
2021). Esto no implica necesariamente una relación causal entre ambas
variables; sin embargo, se ha observado que los usuarios que emplean el smartphone
durante periodos prolongados —es decir, más de dos horas diarias— presentan un
patrón de uso distinto al de aquellos que lo utilizan por lapsos más breves
(Chan et al., 2023; Park & Park, 2021). El patrón que muestra una mayor
asociación con la incidencia de UPS consiste en el uso frecuente de redes
sociales, videojuegos y contenido multimedia (Chan et al., 2023; Sohn et al.,
2019).
Dado este patrón de uso y la
forma en que los jóvenes interactúan con esta tecnología,
no resulta sorprendente que la mayor incidencia de UPS se identifique
precisamente en esta población. En particular, se ha demostrado que los
adolescentes —personas entre los 10 y los 24 años— presentan una mayor
prevalencia de esta problemática (Busch & McCarthy, 2021; Ryding & Kuss, 2020; Sohn et
al., 2019). No obstante, la exposición de los niños a los smartphones
desde edades tan tempranas como los dos años también se ha relacionado con la
presencia de UPS en esta población (Csbi et al.,
2021; Park & Park, 2021).
Dadas las consecuencias
negativas asociadas al UPS, se han desarrollado múltiples intervenciones
basadas en principios provenientes de distintos enfoques psicológicos, con el objetivo de
reducir o prevenir esta problemática (e.g., Gui et al., 2023; Kent et al., 2021; Olson et al., 2023;
Van Velthoven, 2018).
En el estudio de Kent et al.
(2021), por ejemplo, se diseñó una intervención a distancia para reducir el
UPS. En su procedimiento, se solicitó a los participantes que establecieran
objetivos específicos respecto de su patrón de uso del smartphone, y que registraran
el tiempo de uso mediante escalas de autorreporte, como la Escala de Uso
Problemático del Móvil (MPPUS, por sus siglas en
inglés). Adicionalmente, se registró de forma automática el tiempo de uso del
smartphone mediante una aplicación instalada en el dispositivo de cada
participante.
Si los participantes se
comportaban de manera consistente con el objetivo establecido, el equipo de
terapeutas les enviaba un mensaje de texto con retroalimentación, indicando el
cumplimiento del acuerdo. En caso de que el comportamiento no se correspondiera
con el objetivo, únicamente se señalaba la inconsistencia. En una segunda fase,
los participantes fueron expuestos a un entrenamiento en mindfulness y a
sugerencias sobre cómo debían comportarse, manteniendo en todo momento el
registro de sus actividades. Solamente seis de los diez participantes en el
estudio redujeron su tiempo de uso del celular como resultado de la
intervención.
Es posible que el bajo impacto
de la intervención de Kent et al. (2021), así como de otras propuestas
documentadas en la literatura (e.g., Extremera et
al., 2019; Liu et al., 2022), se deba a que únicamente se señala el
comportamiento esperado y se sugieren conductas deseables, pero sin definir de
manera precisa el comportamiento objetivo. De acuerdo con el metaanálisis
realizado por Malinauskas y Malinauskienė
(2019), las intervenciones más efectivas para reducir el UPS se
centran en disminuir directamente el tiempo de uso del smartphone, mediante
técnicas derivadas de un enfoque cognitivo-conductual.
Una desventaja de las
intervenciones empleadas para reducir el UPS es la variabilidad entre los
procedimientos utilizados. Si bien las intervenciones que han demostrado mayor
efectividad parten del mismo enfoque, las técnicas empleadas en sus diseños difieren
en cuanto a su complejidad y al tipo de conducta que buscan modificar (i.e.,
verbalizaciones sobre el smartphone o el modo y los momentos en que se
utiliza). Una alternativa para el desarrollo de un procedimiento dirigido a
disminuir el UPS consiste en modificar una conducta específica que guarde
relación directa con la incidencia de esta problemática (i.e., el tiempo de uso
del smartphone), mediante la implementación de técnicas de modificación de
conducta.
La modificación conductual es un
enfoque de evaluación, valoración y cambio de la conducta, orientado al
desarrollo de comportamientos adaptativos y prosociales, y fundamentado en los
principios del comportamiento derivados del análisis experimental de la
conducta (Kazdin, 2000). Las técnicas de modificación
de conducta fueron desarrolladas a partir de los principios del
condicionamiento operante, los cuales describen la relación entre la actividad
del individuo y las consecuencias ambientales que la siguen.
Los principios del
condicionamiento operante pueden resumirse en los conceptos de reforzamiento,
castigo y extinción. El reforzamiento se refiere a un incremento en la
frecuencia de una respuesta como resultado de la presentación o eliminación de
una consecuencia contingente a dicha respuesta. Por su parte, el castigo
implica una disminución en la frecuencia de una respuesta, también en función
de la presentación o eliminación de una consecuencia contingente. Finalmente,
la extinción se refiere a la interrupción del reforzamiento, lo cual produce
una reducción o eliminación de la respuesta (Kazdin,
2000). A pesar de que tanto el castigo como la extinción permiten disminuir la
probabilidad de emisión de una respuesta problemática, la implementación de
estas técnicas puede exponer al individuo a estimulación aversiva y, en algunos
casos, implicar un riesgo para su bienestar físico. Por ello, se recomienda
recurrir a técnicas alternativas antes de considerar el uso del castigo o la
extinción (Matson & Kazdin,
1981). Una técnica que ha demostrado ser efectiva para reducir respuestas
problemáticas es el Reforzamiento de Otra Conducta (RDO),
la cual consiste en proporcionar consecuencias reforzantes en función de la
emisión de cualquier conducta, excepto aquella que se desea eliminar (Kazdin, 2000).
Un ejemplo de la aplicación de
esta técnica al caso del UPS se encuentra en el estudio de Rajagopal
y Perveen (2024). En dicha investigación, los autores
realizaron una autoevaluación de su propia conducta, registrando los cambios en
su tiempo de uso del smartphone tras implementar un programa de RDO. Se utilizó
un diseño de reversión en tres fases (ABA), en el que se registraba diariamente
el tiempo total de uso del dispositivo. Durante la fase B se aplicó la
intervención: los participantes recibían una ficha si, al final del día, el
tiempo total de uso del smartphone era menor a tres horas. Las fichas eran
canjeables por acceso a una actividad recreativa durante tres horas. En caso de
no cumplir con este criterio, el acceso a dicha actividad se restringía al día
siguiente. Se observó que el tiempo de uso del smartphone se redujo como
resultado de la implementación del RDO; sin embargo,
el cambio no fue estadísticamente significativo.
El procedimiento de Rajagopal y Perveen (2024)
demuestra que el RDO puede utilizarse como una
técnica para reducir el tiempo de uso del smartphone, y con ello, disminuir la
incidencia de UPS. No obstante, ciertas limitaciones —como el hecho de que los
experimentadores actuaran como sus propios sujetos, así como la forma en que se
establecieron las condiciones de reforzamiento— pudieron haber limitado el
efecto observable de la técnica. En este sentido, surge la siguiente pregunta:
¿de qué manera el RDO afecta el tiempo de uso del
celular? Con el propósito de responder a esta interrogante, el objetivo del
presente estudio es evaluar el efecto de reforzar respuestas distintas al uso
del celular sobre el tiempo de uso de teléfonos celulares en niños.
MÉTODO
Paradigma metodológico
El presente estudio se enmarca
en un enfoque cuantitativo (Hernández et al., 2014), centrado en la observación
objetiva y la medición de la conducta de los individuos, así como en la
determinación de los efectos de diferentes variables sobre dicha conducta. En
particular, en este estudio se registrará el tiempo de uso del smartphone y los
cambios que experimente en función de la implementación del programa de
Reforzamiento de Otra Conducta (RDO).
Tipo de investigación
El alcance de esta investigación
es de carácter explicativo, orientado a identificar las condiciones que
propician un fenómeno (Hernández et al., 2014). En este caso, la investigación
se enfoca en identificar las condiciones que regulan el tiempo de uso del
celular.
Tipo de estudio
En el presente estudio se empleó
un diseño cuasiexperimental de caso único (N = 1) con dos fases (A-B). En la
primera fase (A) únicamente se registró el tiempo de uso del smartphone.
En la segunda fase (B), se implementó el programa de Reforzamiento de Otra
Conducta (RDO).
Participante
Se contó con la participación de
una niña de nueve años que cursaba el cuarto año de primaria al momento de la
realización del estudio. La participante fue seleccionada debido a su tendencia
a utilizar el celular por periodos prolongados. A lo largo del estudio, se
procuró en todo momento el bienestar de la participante y se contó con la
autorización expresa de sus tutores para su inclusión en esta investigación.
Materiales e instrumentos
Se utilizó la aplicación
“Bienestar digital y controles parentales”, integrada en el celular de la
participante, para registrar el tiempo de uso del smartphone en las
distintas condiciones experimentales. Asimismo, se empleó un registro de
ocurrencia continua, diseñado ex profeso, con
el propósito de identificar tanto los momentos en que se utilizaba el celular
como las demás actividades realizadas por la participante. Dos observadores
registraron la conducta durante las sesiones, y el porcentaje de confiabilidad interobservador fue superior al 80%.
Procedimiento
La investigación consistió en
dos fases consecutivas: línea base e intervención. En la condición de línea
base, se registró el tiempo de uso del celular a partir de los datos
proporcionados por la aplicación instalada en el dispositivo de la participante.
Asimismo, se documentaron las actividades en las que la participante incurría a
lo largo del día. Las sesiones se llevaron a cabo de manera presencial en el
domicilio de la participante, en un horario que no interfiriera con sus
actividades escolares, durante tres días consecutivos. Con base en estos
registros, se identificó el tiempo promedio de uso del celular, así como las
actividades que la participante realizaba con menor frecuencia.
Durante la fase de intervención,
se implementó el programa de Reforzamiento de Otra Conducta (RDO). En particular, se seleccionaron como respuestas
alternativas a reforzar las actividades de jugar futbol, dibujar y colorear.
Estas conductas fueron elegidas con base en los reportes tanto de la
participante como de sus cuidadores, quienes señalaron que dichas actividades
eran de su agrado. En cada sesión, se entregaba una ficha a la participante
cada vez que realizaba y completaba una de las actividades alternativas. Por
ejemplo, si terminaba
un dibujo o concluía un juego de futbol, recibía una ficha por
parte del equipo de investigación, quienes participaron activamente en dichas
actividades junto con la participante. Las fichas podían canjearse por un
premio seleccionado por la participante al término del estudio; las
características del premio dependían del número de fichas acumuladas durante la
intervención. No se programaron consecuencias adicionales en función del uso
del celular, salvo la restricción en el acceso a las fichas.
Se realizaron un total de siete
sesiones consecutivas, con una duración máxima de cinco horas por sesión. La
fase de línea base se desarrolló durante las tres primeras sesiones
experimentales, mientras que las cuatro sesiones siguientes correspondieron a
la implementación del programa RDO. El criterio para concluir las sesiones de
intervención fue la observación de una disminución igual o superior al 20% en
el tiempo de uso del smartphone con respecto a la línea base.
RESULTADOS
Para determinar el tiempo de uso
del celular, se registró el número de horas que la participante utilizó el
dispositivo en ambas condiciones. En la Figura 1 se presenta el tiempo de uso
del smartphone registrado en cada una de las sesiones correspondientes a ambas
fases del estudio.
Como se puede observar en la
Figura 1, el tiempo de uso del celular fue mayor durante las sesiones de línea
base en comparación con las sesiones de intervención. En todas las sesiones
correspondientes a la línea base, el tiempo de uso superó las tres horas,
alcanzando un valor máximo de 4.25 horas. En contraste, durante las sesiones de
intervención, el tiempo de uso se mantuvo cercano a las dos
Figura 1
Tiempo de uso del celular en
horas en las sesiones de línea base y de intervención

Figura 2
Tiempo
promedio de uso del smartphone en función de la condición experimental

horas por sesión, con un
valor máximo registrado de 2.08 horas. Si bien el análisis visual permite
identificar una diferencia entre las condiciones, es necesario determinar si
dicho cambio puede atribuirse al procedimiento implementado en este estudio.
Para ello, se recurre al uso de una prueba estadística. En la Figura 2 se
presenta el promedio del tiempo de uso del smartphone en ambas condiciones, así
como las medidas de variabilidad correspondientes.
En promedio, el tiempo de uso en
la condición de línea base fue de 3.8 horas (DE = 0.37), mientras que en la
condición de intervención fue de 1.9 horas (DE = 0.15). Para comparar el tiempo
de uso entre condiciones se utilizó la prueba estadística W de Wilcoxon. Aunque
el análisis descriptivo mostró un mayor tiempo de uso del celular en la línea
base (Mediana = 3.9; Rango = 0.75) en comparación con la intervención (Mediana
= 1.9; Rango = 0.32), las diferencias observadas no fueron estadísticamente
significativas (Z = −1.604, p = 0.109).
CONCLUSIONES
Con base en la exploración
visual de los resultados, el programa de Reforzamiento de Otra Conducta (RDO) mostró tener un efecto sobre el tiempo de uso del
smartphone. No obstante, el análisis estadístico indicó que la diferencia
observada entre las condiciones de línea base e intervención no fue
estadísticamente significativa.
Este resultado pudo deberse a
factores metodológicos, como la diferencia en el número de sesiones entre
condiciones. En la fase de intervención, el número de sesiones fue mayor debido
al criterio de ejecución establecido, lo que contrasta con estudios como el de Rajagopal y Perveen (2024), en
los que se utilizó un criterio de estabilidad tanto para la línea base como
para la intervención, procurando mantener un número similar de sesiones en
ambas condiciones. Al mantener esta consistencia, se incrementa la confiabilidad
de los datos; por lo tanto, se sugiere considerar este tipo de control en
investigaciones futuras.
El presente estudio aporta
evidencia empírica a favor del uso de técnicas derivadas del análisis de la
conducta para abordar una problemática social contemporánea. Diseñar e
implementar una intervención basada en principios de modificación conductual
permitió disminuir el tiempo de uso del celular. Sin embargo, será necesario
desarrollar estudios posteriores que extiendan los hallazgos de esta
investigación, con el fin de elaborar programas de intervención más robustos y
generalizables.
DISCUSIÓN
El presente estudio tuvo como
objetivo evaluar el efecto de un programa de Reforzamiento Diferencial de Otras
Conductas (RDO) sobre el tiempo de uso del
smartphone. El smartphone se ha integrado en la vida cotidiana de las personas
a nivel mundial, ofreciendo una forma distinta de interactuar con otros y de
simplificar tareas mediante sus múltiples aplicaciones (Busch & McCarthy,
2021; Kemp, 2025). No obstante, dependiendo del patrón de uso, el smartphone
puede interferir con las actividades diarias del individuo y comprometer su
bienestar biológico, emocional y social (Chan et al., 2023).
El patrón de uso del smartphone
más asociado con el UPS implica el uso frecuente de redes sociales, videojuegos
y contenido multimedia (Chan et al., 2023). Dada la coincidencia entre este
patrón y las formas en que los jóvenes utilizan el dispositivo, es común que
esta problemática se manifieste en la población juvenil (Bröhl
et al., 2018; Busch & McCarthy, 2021; Park & Park, 2021).
Fomentar que el individuo
participe en actividades distintas al uso del celular ha sido identificado como
una estrategia eficaz para disminuir el UPS, y ha sido incorporado como parte
de algunas intervenciones dirigidas a esta problemática (Extremera et al.,
2019; Kent et al.,
2021; Liu et al., 2022). Sin embargo, en muchos de estos estudios, dicha
participación ha consistido únicamente en señalar o sugerir al individuo qué
conductas alternativas debería realizar. Una aportación relevante del presente
estudio es que los investigadores participaron activamente junto con la
participante en la realización de las actividades alternativas, lo cual
garantizó la emisión efectiva de comportamientos distintos al uso del celular,
y no solo el conocimiento de las opciones disponibles.
A pesar de los resultados
favorables observados, el análisis estadístico mostró que las diferencias entre
condiciones no fueron estadísticamente significativas. Esta falta de
significancia podría atribuirse al número limitado de observaciones realizadas tanto
en la condición de línea base como en la de intervención. Al contar únicamente
con tres y cuatro sesiones, respectivamente, es posible que los resultados se
hayan visto parcialmente influenciados por el paso del tiempo u otros factores
no controlados. Una forma de atender esta limitación en futuras investigaciones
consiste en extender el número de sesiones hasta alcanzar un criterio de
estabilidad (Rajagopal & Perveen,
2024).
Otra limitación del presente
estudio es que se trabajó únicamente con dos fases: línea base e intervención.
Aunque se observó una disminución en el tiempo de uso del smartphone durante la
intervención, este cambio podría deberse a factores distintos al programa RDO.
Una forma de controlar esta posibilidad es incluir una tercera fase de
reversión a la línea base, como se ha propuesto en investigaciones previas (Rajagopal & Perveen, 2024).
Si el tiempo de uso del celular se mantiene bajo tras el retiro del reforzamiento
explícito, podría concluirse con mayor certeza que los cambios en la conducta
son atribuibles a la implementación del RDO.
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Fecha de recepción: 24 de diciembre de 2024
Fecha de dictaminación: 11 de febrero de 2025
Fecha de aceptación: 11 de abril de 2025
Fecha de publicación: 30 de junio de 2025